En occidente los totalitarismos nacionalistas y fascistas fueron desarticulados a finales del siglo pasado al igual que los regímenes autoritarios militares en América Latina. Hoy casi todos los jefes se proclaman democráticos. La democracia es una necesidad ciudadana pero también una condición de mercado muchas veces impuesta en pos de un mejor comercio, o al menos, uno más redituable para las grandes potencias; más allá de que la industria armamentística necesite, cada tanto, algún tirano para equilibrar los números o muchas democracias sean impuestas para el saqueo.
En El Líder y La Masa, la génesis de la democracia recitativa, Emilio Gentile repasa la historia de esta forma de gobierno desde sus comienzos en Grecia hasta los actuales modelos globales, dando cuenta de sus complejidades, su crecimiento y transformación a lo largo de los siglos y su permanencia en una sola idea: el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, como la definiera Lincoln. Gentile es profesor emérito de la Universidad La Sapienza, de Roma. Es uno de los mayores historiadores de Italia y reconocido experto en el fascismo. En 2003 recibió el Premio de la Universidad de Sigrist Hans Bern por sus estudios sobre la religión en la política.
El libro comienza su travesía histórica en la actualidad, donde más de medio siglo después se da la singular coincidencia de que en las dos primeras democracias de occidente llegaron a la cumbre del poder un viejo y un joven: Trump en Estados Unidos y Macrón en Francia, ambos de la mano del populismo, la estrategia más efectiva para ganar elecciones. Trump mezclando nacionalismo y demagogia con extremismo ideológico y Macrón a pesar su público antipopulismo.
Valiéndose de los avances en conocimientos neurológicos y de comportamiento, hoy, al igual que en aquella campaña a presidente entre Nixon y Kennedy (que inaugurara los debates televisivos de candidatos) los consultores y coaching de los mandatarios “compiten para ofrecer a los electores exactamente aquello que estos desean, aunque sea imposible de conseguir y hasta absurdo [pobreza cero] sin pedirles siquiera un mínimo de esfuerzo porque eso podría hacer perder las elecciones”. Es decir: se venden presidentes como se venden celulares.
La pregunta que Gentile se hace e intenta responder es si las actuales democracias están, efectivamente, alejadas de las antigua figuras de Rey, Dictador, Zar, Jefe o cualquier otro tipo de dirigente que encarne al pueblo no para representarlo, sino por su carisma; su imposición de la fuerza (hoy las urnas) u otros mecanismos que lo han llevado al poder por motivos que no sean sus capacidades de gestión. Y es que según muchos observadores, entre ellos Gentile, uno de los fenómenos más importantes del actual malestar de las democracias es la tendencia a la personalización de la política en la figura del jefe, que entabla una relación cada vez más cínica con la multitud gracias a los medios masivos de comunicación.
Interesante: Deterioro social = Deterioro democrático –> Mayor relevancia de los poderes económicos = Pérdida de relevancia de los poderes políticos y del voto –> Riqueza más importante que la solidaridad y el ser humano = Consumidores y grandes empresas controlan los gobiernos más que los ingenuos votantes que creen haberlos puesto allí. –> FUTURO SOÑADO POR LOS PODEROSOS, Y PREVISIBLE (…Y ojalá me equivoque) Con la deuda que les creamos, acabaremos comprando países o naciones a las que haremos funcionar como a nuestras poderosas empresas, lanzando OPAS, absorbiendo países o troceándolos para venderlos ventajosamente,… Los políticos son nuestros empleados, saben que podemos despedirlos cuando queramos.
QUE NO CUNDA EL PÁNICO, SOLO, LA DEFENSA PACÍFICA. NO HAY MAYOR EMPRESA QUE LA HUMANIDAD EN MARCHA. DE HECHO, TODAS LAS EMPRESAS, TODOS SE CREARON POR HOMBRES Y MUJERES.
labrapalabras-miguel.com
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